Carande, Bernardo Victor

(Por Manuel Vicente González)


Nombre:

Bernardo Victor Carande

 

Origen:

Madrid (1932) Almendral (Badajoz) (2005)

 

Identidad:

Novelista, Poeta, Ensayista, fotógrafo...

 

Enlace:

https://es.wikipedia.org/wiki/Bernardo_V%C3%ADctor_Carande

 

 



Biografía

Nació en Madrid en 1932. Vivió en Sevilla de 1937 a 1955. Amigo de Aquilino Duque, Antonio Gala y Juan Collantes de Terán, fundó con ellos la revista de poesía Aljibe (1951-53) y con Julio Mariscal Montes y José Luis Tafur, la revista de cine Libélula (1954-55). Hizo teatro de cámara en el TEU y en 1953 publicó su primer libro de versos, Manuel conmigo. 

 

En 1955, recién casado y licenciado en Geografía e Historia, se instaló en la finca que su padre, Ramón Carande, había heredado de Ascensión Thovar, madre de éste, en Almendral (Badajoz). Allí creó una explotación agrícola y ganadera y vivió 50 años, hasta su muerte en 2005.

 

Entre 1955  y 1997, aunque con una larga interrupción, publicó la revista Capela. Boletín de información personal de un hombre que vive en el campo. En la Diputación de Badajoz, dirigió las revistas Nuevo Alor (1983) y Alor Novísimo (1984-91). Fue colaborador de Informaciones, El Norte de Castilla, ABC de Sevilla, El Correo de Andalucía y el diario HOY de Extremadura; fundador y primer presidente de la Asociación de Escritores Extremeños, y su Presidente de Honor vitalicio. 

 

Entre 1963 y 1966 cubrió la temporada taurina española como fotógrafo y redactor de la revista El Ruedo. Pintó, además, al óleo y a la acuarela, exponiendo en dos ocasiones en Badajoz, además de Sevilla (1993) y Lugo (1996).

 


Obra publicada

NOVELAS

  • Suroeste, Destino, Barcelona, 1974. 
  • Don Manuel o la Agricultura, Destino, Barcelona, 1976.
  • De arribada, Diputación Provincial, Cáceres, 1983. 
  • Jinetes de llanura sin caballo, Premio Cáceres de Novela Corta, Caja Badajoz, Badajoz, 1991. 
  • El abalorio, Del Oeste Ediciones, Badajoz, 1998. 
  • Regino y la Cultura, Alfar, Sevilla, 2001. 

POESÍA

  • Manuel conmigo, Ed. del autor, Sevilla, 1953. 
  • Penillanura, Arco Iris, Mérida, 1985. 
  • Del sol, el halcón, las lanzas, Kylix, Badajoz, 1988. 
  • Detrás de la Gioconda, Mérida, 1990. 
  • La verónica inmóvil, Ánfora Nova. Rute, 2001. 

ENSAYOS

  • El guerrillero erudito, Capela, Sevilla, 1980. 
  • Vía periférica, Esquina Viva, Badajoz, 1980.
  • Viaje y estancia andaluza. Premio Aljarafe de Ensayo, Caja Rural, Sevilla.1981. 
  • El año de la sequía, Ámbito, Valladolid, 1983. 
  • El cuarto de siglo, Premio de Narrativa Camilo José Cela, Diputación Provincial, Guadalajara, 1985.  
  • La historieta de la vida, Capela, Cée, 1998. 
  • Besana y abolengo, Diputación Provincial, Badajoz, 1990.  
  • Libro de agricultura, EREX, Mérida, 1998 y 2002. 
  • El sesmo de la vida, Los Palacios y Villafranca, 2003. 

CUENTOS

  • Cuentos de medio ambiente, Universidad, Sevilla, 1981. 
  • Cuentos republicanos, La Centena, Mérida, 1988.

TEXTOS TAURINOS

  • La torería actual, Capela, Madrid, 1962. 
  • Memoria de piel de toro, Universidad.Sevilla, 1992. 
  • Bienvenida, Papa Negro, Diputación Provincial, Badajoz, 1997. 

BIOGRAFÍAS

  • Ramón Carande. Biografía ilustrada, El Monte, Sevilla, 2003. 
  • Memorias, 1932-2002, Del Oeste Ediciones, Badajoz, 2005. 

 

EDITOR DE LOS SIGUIENTES LIBROS PÓSTUMOS DE SU PADRE, RAMÓN CARANDE

  • Recuerdos de mi infancia, Espasa-Calpe, S.A., Madrid 1987.
  • Carlos V y sus banqueros, 3 vols., Crítica, Barcelona 1987,1990 y 2004; edición abreviada, Crítica, Barcelona 2000. 
  • Galería de amigos, Alianza Editorial, S.A., Madrid 1989. 
  • Estudios de historia, 1: Temas de historia de España, Crítica, Barcelona 1989. 
  • Estudios de historia, 2: Sevilla, fortaleza y mercado y otros temas sevillanos, Crítica, Barcelona 1990. 
  • Libro de viajes, Diputación Provincial de Badajoz, Badajoz 1993.
  • El crédito de Castilla en el precio de la política imperial, Civitas, Madrid 1996.
  • El atlante patético y otros estudios sobre Carlos V, Editora Regional de Extremadura, Mérida, 1997.  
  • Sevilla, fortaleza y mercado, ABC, Sevilla 2001. ISBN 84-9513-987-1.

Textos

Cuando uno detiene la mirada sobre todo aquello que Bernardo Víctor Carande nos dejó, la impresión que se tiene es la de una persona extrañamente variada y multiforme. Si bien sabemos que pasó su vida intentando ser original, y él se equivocó creyendo que no lo había conseguido, merece admiración la cantidad de cosas que hizo en un entorno que en principio parecía ajeno a una personalidad como la suya.

     BV podría haber sido profesor de Historia, si hubiera querido seguir una tradición que lo atemorizaba demasiado como para intentarlo. Poeta precoz y creador de iniciales revistas de breve recorrido –Aljibe, Libélula- decidió, una vez terminados sus estudios, entregarse a una actividad de la que nada sabía y que le supuso irse a vivir a un cortijo de Extremadura que pertenecía a su familia. Llegó Bernardo, por suerte acompañado ya de su mujer, Charo Herrero, como un pionero urbano a unas tierras vírgenes, y creó todo un mundo infrecuente de arte y de cultura. La casa que puso en pie se convirtió en una mezcla de tradición y vanguardia, alimentada por sus amigos ciudadanos, sus múltiples inquietudes e incesantes paquetes de correos que traían revistas extranjeras, libros de viejo, discos de jazz. Veía el devenir del campo –que fue su pasión principal y última, como se lee en su sesmo “Ser de allí”- mientras entretenía su otium- ese del que disfrutaban los romanos ricos y cultos- en mil ocupaciones sin método ni escuela. 

Y es, precisamente, en esos Sesmos donde se halla el cuajo literario de Bernardo, en esa escritura sincopada, llena de silencios musicales, cuyas frases van y vienen y, de pronto, parecen reclamar una respuesta colaboradora del lector. A veces los lectores buscábamos, sin encontrar, salidas a sus laberínticas propuestas. Y entonces él, en el salón de su refugio campestre de Capela, daba explicación coherente a nuestras dudas. 

Pintaba: primero paisajes, luego edificios, paisajes otra vez, a la acuarela y al oleo; hasta cómics imaginó a partir de obras literarias de Borges o Azorín. Escribía: poesía, teatro, novela, una especie de ensayo sobre todo, en la que daba su siempre original visión sobre la vida del campo, de la ciudad y de los libros. Publicó mucho, aunque no tanto como hubiera querido. Permanecen inéditas varias novelas suyas, difíciles sin duda por carecer de una estructura novelística que sostenga de modo atractivo sus reflexiones sobre la realidad: vecino, en este aspecto, de las novelas de Baroja, hizo de él una de sus últimas y más constantes lecturas.           

     Lejos, por otra parte, de esta apariencia de ser ensimismado, siempre nostálgico, siempre decimonónico –se decía él-, tuvo Bernardo la rara cualidad de encontrar en cada una de las personas que llegábamos a su vida desde cualquier rincón del mundo algún punto en común, alguna referencia que favoreciese el inicio de un diálogo. Él, que era hombre de su terruño, viajó feliz en sus últimos años por Europa y América del Sur, en busca de sus hijos y de las circunstancias en que estos se encontraban. Supo recoger –él, que no hablaba idiomas- la esencia de lugares tan lejanos como Antigua de Guatemala o Halle-Saale, en la antigua DDR, o la húmeda Galicia, algo más cerca. Se fue abriendo y conociendo nuevos horizontes. Parte de esto, quizá fue debido a sus nietos, de los que supo aprender como había aprendido de sus hijos, porque BV fue un hombre de familia, o más bien el cemento que unía a una familia. Entre encinas, nostalgias, sequías, cuadros, pinturas y libros nunca terminados BV pasó su vida buscándose, sin saber que ya se había encontrado.

 

Manuel Vicente González