González Rodríguez, Mª Inmaculada.


Nombre:

Mª Inmaculada González Rodríguez 

 

Origen:

Badajoz 1964 

 

Identidad:

Fotógrafa, emprendedora, escritora.

 

Enlaces de interés:

 

Revista GRADA
https://www.grada.es/blogueros/inmaculada-gonzalez/
Blog de viajes:
http://lomejordemisviajes.blogspot.com/
Blog de Educación Plástica:
https://plasticaconinmaculada.blogspot.com/
Instagram
@inmaculada_photos
@inmaculada_escritura

Contacto



Biografía

Nací en Badajoz, aunque debido al trabajo de mi padre viví desde muy niña en varias localidades hasta que regresé a la tierra de nuevo con 14 años. A los 18 marché a Sevilla donde cursé la licenciatura en Bellas Artes y realicé el CAP. En 1990 aprobé las oposiciones a la enseñanza y desde entonces ejerzo de profesora de secundaria. Mi actual plaza está en el IES San Fernando de Badajoz.

Los gusanillos de la lectura y la escritura nacieron en mí a la par desde muy niña. Conservo una decena de diarios y cientos de textos que nunca me atreví a publicar. Hace unos años me ofrecieron colaborar en la Revista GRADA escribiendo artículos sobre arte. Fiel a mi cita me encuentran allí mis lectores más habituales. Fue mi primera y gran oportunidad, poder verter palabras y pensamientos sobre un folio en blanco. La segunda la trajo la pandemia. Obligada al encierro y aprovechando esos días de incertidumbre eché a volar la imaginación. De esos tres meses tan prósperos nació POR SI NO TE VUELVO A VER, mi primera novela publicada en abril 2022.

Pero mis inquietudes y mis proyectos no acaban ahí, en realidad nunca acaban porque soy una fuente inagotable de emprender. Mi afición por la fotografía va de la mano de mis viajes, uno no se entiende sin el otro. Esto me lleva a compartir experiencias a través de mi blog de viajes, creado hace años.

En cuanto a la fotografía he participado como jurado en certámenes de la AFE y he expuesto mi obra DESENFOQUES en varias salas de España y Portugal.

Mi entusiasmo por continuar aprendiendo no acaba aquí pues estoy enfrascada en mi segunda novela.

 

 


Obra publicada

PARTICIPACIÓN EN OBRA COLECTIVA:

Articulista en la revista GRADA desde julio 2017

OBRA PUBLICADA:

Por si no te vuelvo a ver. Badajoz, autopublicación, 2022


Textos

HOY NO EXISTIÓ

Hay días que no deberían existir, tendrían que ser tachados del calendario, fulminados sin piedad.

Hay días que te obligan a descender hasta lo más profundo, hasta rozar con el borde de tu alma zonas abisales en donde nunca anteriormente estuviste.

Hay días perros, calamitosos, aciagos, llenos de detritos y de hiel. Días nauseabundos, inmundos y hediondos.

Días de sabores acibarados en donde la ponzoña inunda tu visión del mundo, de tu mundo, contaminándolo hasta no poder ni respirar.

Días que te ahogan y te asfixian, días que te exprimen y se apoderan de la última partícula de benevolencia que te queda.

En esos días, es mejor desaparecer, no estar para nada. Ni para nadie.

En esos días es mejor esperar, esperar al siguiente día, esa espera que une la acción y la inacción, en donde la propia supervivencia pende de un hilo.

Hay días que son como una prórroga infinita, una inestable dilación, una demencial huida.

En esos contados días hay que dejar de hacer, dejar de pensar, dejar de ser. Y ausentarse de uno mismo, zafarse, apartarse y evaporarse, para recomponerse y volver a sentirse bien. Y de nuevo recuperar el sentido de la vida. El centro.

Y hoy fue uno de esos días en los que no quise estar ni para mí ni para nadie.

Este día nunca existió, lo aniquilé, lo hice desaparecer, se opacó, se fue, huyó, no quiso ni estar ni ser. No lo viví, ni lo recordé. Lo masacré.

Hoy, no quise existir.

Hoy, no existió.

(capítulo del libro POR SI NO TE VUELVO A VER. Badajoz, 2022)

 

ARTÍCULO REVISTA GRADA

Las rosas de Heliogábalo  - SIR LAWRENCE ALMA –TADEMA

 

Les muestro esta atractiva obra maestra de un desconocido  pintor neoclásico neerlandés cuyas pinturas se caracterizan por recrear ambientes de la cotidianeidad romana protagonizados por la  indolencia natural de sus personajes.

Alma-Tadema vivió de lleno la Revolución Industrial y siempre tuvo claro que no la plasmaría en sus lienzos porque desdeñaba el mundo del progreso y de las máquinas, sin embargo alimentará su espiritualidad recreando ambientes hedonistas del Mundo Antiguo, cuestión que decide tras visitar allá por 1863  Italia y recorrer Pompeya y Herculano en donde queda seducido por la Roma Imperial.

Las rosas de Heliogábalo te atrapa por sus encarnados matices.  El cuadro entero te magnetiza pero la sublime y exultante representación de la belleza encierra una aterradora historia por el horror que aquí se representa.

Heliogábalo, emperador romano del s. III d. C. sube al trono con 14 años.  Sus grandes aficiones  eran los hombres bien dotados (a los que perseguía por toda Roma)  y los excesos: orgías y comportamientos excéntricos, crueldad y maltrato animal e incluso sacrificios humanos. Sus abusos no tenían fin.

A este insigne tirano depravado le gustaba agasajar con opulencia. Excelente gourmet y perfecto anfitrión, en uno de sus banquetes decide obsequiar a sus invitados con una lluvia de pétalos de violetas y rosas sin mesura. En la escena la flauta doble suena mientras vino a raudales se mezcla con los pétalos que caen del cielo como azote de dioses. Los sirvientes lanzan tal cantidad que algunos de los comensales mueren asfixiados. Éste es el momento que Alma Tadema representa con excelente sentido de la estética y maestría.

Tuve la gran suerte de admirar esta obra en el Thyssen en 2014 en donde el rosa predominante te atrapa desde el primer momento.  Esos miles de pétalos cuya textura se puede casi oler si te acercas están laboriosamente trabajados con diminutas pinceladas. Predominan los colores tenues y cálidos y la luminosidad que inunda la escena bien puede recordarnos a la que Sorolla utiliza en sus obras.

Llama poderosamente la atención el tratamiento tan delicado de un tema tan trágico, de una escena tan cruel en la que los rostros de los personajes no reflejan la agonía. Más bien Alma-Tadema lejos de mostrar la frialdad y el cinismo de un asesinato premeditado pretendió un lucimiento en su técnica.