Rodriguez, Mario.


Nombre:

Mario Rodriguez Román

 

Origen:

Badajoz (1983) 

 

Identidad:

Funcionario y escritor.

 

Enlaces de interés:

 

https://www.editamas.com/product-page/la-fuente-de-la-ira

 

https://www.editamas.com/product-page/la-virtud-de-la-impaciencia

 

 

Contacto

mario24roman@hotmail.com



Biografía

Mario Rodríguez Román, (Badajoz, 1983), funcionario de carrera. Ha escrito tres libros, dos de poesía y uno de novela histórica, de los cuales dos fueron publicados por la editorial EDITAMAS de Badajoz. Actualmente se encuentra trabajando en su segunda novela prevista para finales de 2023.

 


Obra publicada

-Tinta y papel. 2000

 

-La fuente de la ira. 2019. Editamas.

 

-La virtud de la impaciencia. 2019. Editamas.

 


Textos

"Era un hombre oscuro, misterioso, inteligente y desmarcado de la sociedad. No se le conocía oficio alguno, pero si ostentaba abundantes ingresos. Era capaz de engañar al mismísimo diablo para conseguir lo que necesitase en cada momento, aunque, por otra parte, también era admirado por el sector más deprimido de la comunidad por su generosidad y gratuidad en favores que le rogaban los ciudadanos que se encontrasen en algún que otro apuro. No solía pedir nada a cambio, salvo a los adinerados que le acusaban de tratar con gente influyente para conseguir beneficios. Aún fuera del ejército y de la alta influencia, tenía sobrados contactos y podía mover los hilos que fuesen necesarios a su antojo. Estaba al tanto de todo lo que ocurría en cualquier parte de la España y seguía manteniendo conversaciones con sus antiguos compañeros de Madrid y Francia."

 

Aracataca

(A Gabriel García Márquez)

 

Cuentista de sueños heredados

de la miel que dulcifica el abecedario,

maestro de la cordura al cuadrado,

zumo de letras en mi diccionario.

 

Aracataca, Magdalena tierra nobel,

evasión del invierno de la realidad,

tus putas tristes te lloran en mi burdel,

condéname contigo a cien años de soledad.

 

La hojarasca de las aceras

luce desarmada y cautiva,

querido Gabo, aunque no quieras

el coronel ya tiene quien le escriba.

 

Nadie repara que no sobra

ni un acento para amarrarla

al corazón, al alma, tu obra,

con ella morir, es vivir para contarla.