Nombre:
Ana Isabel Rodríguez Sánchez
Origen:
Badajoz 1974
Identidad:
Abogada y escritora.
Enlaces de interés:
Instagram: https://www.instagram.com/anabelrodriguezypunto/
Facebook: https://www.facebook.com/anabel.sihombreatitelovoyadeciryo
Blog: http://anabelrodriguezescritora.com
Contacto
Abogada y escritora. Experta universitaria en mediación, ejerce sus labores habitualmente dentro del derecho penal, administrativo y familia. También ámbito del derecho de propiedad intelectual.
Ha publicado dos novelas: Azaría en 2015 con Ediciones del Serbal y Perdedores en el año 2020 con Ediciones Dokusou en el año 2020.
Colaboradora con diversos medios de comunicación: Canal Extremadura Radio, Cope Badajoz, Onda Cero Badajoz.
También ha escrito entre otras para la revista cultural "Aladar" perteneciente al al Correo de Andalucía.
PADRE NO NOS QUIERE
Padre no nos quiere, no nos quiere y eso debería alegrarnos. Si se lo digo a Victoria me pedirá que no piense así, pero en el fondo todos sabemos que es una bendición que no nos haya querido. Lo siento por Virtudes, lo siento mucho porque no pudo escapar y mira que lo intentó la pobre. Él le suplicaba que volviese, nos ponía al medio como excusa y le rogaba. Lloraba. Solo lo he visto llorar por ella, le tomaba la mano y llora, le pedía que volviera y Virtudes los despreciaba, le decía que era un miserable y que la había hecho una desgraciada, pero al final regresaba a casa. Regresaba y él le hacía esas cosas en cuanto pasaban tres días. No debería hablar así, no está bien que una niña diga cosas así, pero las pienso y me las digo. Es mejor que padre no nos quiera.
(...)
Cada uno está en su celda, padre piensa en Virtudes y ella en padre, ¿lo quiere? No sé, de alguna forma sabe que no, que no debe quererlo que esa manera de tenerse es mala, que es el mismo demonio. Lo sabe y por eso se fue tantas veces, igual que madre, madre también se fue ¿o no? Bueno, Virtudes sabía que no estaba bien, pero siempre regresaba, por nosotros, por él, o por no levantar la liebre.
Pues eso, que me alegro de que padre no me quiera, de que no nos quiere a ninguno, sólo a Virtudes. ¡Ojalá tampoco la hubiese querido!